EL PRECIO DE LA HISTORIA

El Precio de la Historia, el reality show se ha transformado en uno de los programas más vistos de todos los tiempos. Y su protagonista Rick Harrison, se convirtió en una popular estrella de TV.

Richard Harrison,  (55)  actualmente es el  dueño de la tienda de empeños Gold & Silver Pawn Shop de Las Vegas, y es el protagonista desde 2009 del reality show más famoso de History, que se transmite en 150 países. Este 2021  es su temporada 18.

“Nunca jamás imaginé que íbamos a estar en 150 países y traducidos a 38 idiomas. Estuve en todos lados, la gente me reconoce en India, Malasia, Filipinas o Argentina”, dijo Rick hace algunos días.

EL VIEJO FUNDADOR

Benjamin Harrison, murió en junio de 2018 y con su partida su hijo asumió el rol protagónico de una serie en la que “El Viejo” destacaba por sus frases lacónicas y su fingido malhumor.

“El Viejo” fundó junto a su hijo la tienda de empeños en 1988 en la ciudad del juego y el pecado, pero nunca pensó que llegaría a ser tan famosa gracias a la pantalla chica. Hoy tiene como estrellas a la nueva cabeza del clan, a su hijo Corey Harrison y a su empleado (más bien un amigo) Chumlee, quien popularizó la expresión “no lo sé Rick, parece falso” al referirse a ciertos objetos que llegan a la tienda. Es justamente esta frase la que ha ayudado a hacer más popular al programa, siendo objeto de una infinidad de memes que circulan por las redes.

NUEVA TEMPORADA

SU FORTUNA

Algunas revistas sociales afirman que Rick acumula un patrimonio de US$ 8 millones. Otros sitios dicen que su fortuna ha crecido a los US$ 10 millones, producto de una serie de negocios exitosos y de la popularidad del programa.

Le gusta coleccionar los autos costosos y algunos lujos pueden verse en cada temporada, según una entrevista que concedió a la revista Forbes en 2013, no tiene grandes pretensiones en cuanto a asuntos materiales:

“Crecí como un niño muy enfermo. Mi padre era militar (de la Marina) y yo debía trabajar con mi madre. Ser de clase media en los ‘70 significaba que solamente teníamos un televisor. Y ese televisor no estaba en tu habitación. Entonces, a los 8 años, comencé a desarrollar una pasión por la historia y nunca se detuvo”.